El peronismo pierde con Agüero a un calificado y leal militante

Tristeza en el pueblo peronista por su partida.
jueves, 20 de enero de 2022 · 20:00

La noticia del fallecimiento de Ramón Agüero golpeó hoy al pueblo peronista de Catamarca, que perdió así a uno de sus más leales y queridos militantes.
Fue presidente de la Juventud Peronista, formador de muchos jóvenes y militante histórico del peronismo. Ocupó la Secretaría de Adoctrinamiento y Formación Política de la Junta Capital del PJ. Comenzó a militar en 1966 junto a Isauro Molina (padre), y llevó una vida ejemplar con más de medio siglo de lealtad al peronismo.
Fue además secretario de Bloque del PJ en la Cámara de Diputados, solidario, activo dirigente, pareja de Selva “Cielito” Ávila (militante de la Rama Femenina del PJ y de la Agrupación Mujeres Comprometidas, distinguida por el Senado de la Nación con el premio “Evita Compañera”) y padre de Gustavo Agüero, también reconocido peronista.
Agüero era muy querido y respetado, no por los mayores o menores cargos que ocupó, sino por su incondicional participación en la causa peronista: era, como lo definen los compañeros, “un militante de fierro”.
Sufrió en las nefastas épocas de la dictadura (1973-1986) y del oscuro interventor Luis Prol (1991), cuando se persiguió injustamente a tantos peronistas catamarqueños, pero no claudicó jamás en su lucha, ni reclamó cargos o espacios cuando se recuperó el poder luego de pasar los momentos más difíciles.
No era un fanático, sino un hombre muy preparado, un académico que siempre de manera respetuosa sabía defender al peronismo y a su gente. Nadie que lo haya escuchado olvidará sus charlas, que llegaron a reunir a decenas de jóvenes en sedes partidarias.
En 2019 fue merecidamente homenajeado en la Legislatura catamarqueña, como no podía ser de otra manera, en el “Día del Militante”.
Nada mejor para recordarlo que tener presentes sus palabras: “El 17 de octubre es uno de los días más importantes del calendario peronista y podríamos decir uno de los días más importantes de la historia política del país. Decimos lealtad a Perón, a una causa y a una idea, y a esa empresa que comienza a plantear Perón al pueblo argentino. ¿Qué empresa? Ortega y Gasset hablaba de una empresa subjetiva de acción colectiva y Perón la define muy bien: ‘Quien quiera oír que oiga, quien quiera seguir que siga, alta es mi empresa, clara mi divisa, mi causa la causa del pueblo, mi bandera la bandera de la patria’. Indudablemente Perón fue un líder del pueblo. El liderazgo es dual, el líder que representa al pueblo y el pueblo que se ve representado en el líder, ahí es donde se produce el romance en esa composición dual entre el líder y el pueblo. El peronismo que nace en los años ‘40 tiene una lucha constante a través del tiempo, digo esto porque hay compañeros que creen que el peronismo es discontinuo y que termina cuando uno se va. El peronismo es una larga lucha. Da la impresión de que el peronismo siempre está comenzando, pero es una larga lucha en busca de la reivindicación del pueblo, en busca de recuperar la dignidad del pueblo. Esa lucha ha tomado conciencia en el pueblo, porque el peronismo es un sentimiento basado en las necesidades y las aspiraciones del pueblo. Y de tiempo en tiempo, aparecen los predestinados, porque son esos hombres que llegan en el momento preciso, en el momento indicado, y como decía Arturo Jauretche, producen un hachazo en la historia, determinando un antes y después. Kirchner era un predestinado y retoma la idea de Perón”.

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