Majestuosa expresión de amor a la Virgen del Valle

Fervor del pueblo mariano en las calles de Catamarca.
lunes, 2 de mayo de 2022 · 03:52

Durante la tarde del domingo 1 de mayo, miles de devotos y peregrinos renovaron su amor a la Santísima Virgen del Valle, en el cierre del Septenario conmemorativo del 131° aniversario de la Coronación Pontificia de la imagen cuatro veces centenaria. Las festividades se inscriben en este tiempo sinodal convocado por el Papa Francisco, quien nos invita a caminar juntos como discípulos en salida, y dentro de la preparación para la Asamblea Diocesana del próximo 1 de octubre.

La Solemne Procesión retomó el recorrido de hace 9 años, partiendo desde la plaza El Maestro, en cuyas inmediaciones sobre avenida Belgrano se ubicaron las casi 60 delegaciones de peregrinos e instituciones inscriptas para rendirle su tributo. Alrededor de las 17.00 comenzó el paso de los grupos delante de la Sagrada Imagen, tras lo cual se dispuso la ubicación de las religiosas y religiosos, sacerdotes del clero local y de otras diócesis, y el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanc, para dar inicio a la Solemne Procesión con la Santísima Madre del Valle escoltada por la Guardia de Honor de Bomberos. Detrás se ubicaron las autoridades provinciales encabezadas por el gobernador, Lic. Raúl Jalil; los intendentes de Capital, Dr. Gustavo Saadi, y de Fray Mamerto Esquiú, Dr. Guillermo Ferreyra; legisladores nacionales, provinciales y municipales, autoridades judiciales y de las fuerzas de seguridad.

A lo largo del trayecto, que comprendió avenida Virgen del Valle, calles Sotomayor, San Martín, Rivadavia y República hasta el Paseo de la Fe, se vivieron conmovedoras muestras de devoción a la Reina del Valle.

La parroquia Santa Rosa de Lima y Vialidad Provincial se sumaron a esta fiesta de fe mariana con lluvias de papelitos, globos y gallardetes que pusieron color y alegría al paso de la Madre.

Un momento significativo fue la llegada al paseo General Navarro -más conocido como La Alameda-, donde está ubicada la réplica gigantesca de la corona, que recuerda aquel trascendental acontecimiento en la rica historia de la Reina y Señora de este valle.

Mientras se desgranaban los misterios gloriosos del Santo Rosario se sucedían los 12 relevos de los grupos que tuvieron el privilegio de llevar en andas la urna con la bendita Imagen: Gauchos, Defensa Civil, Servidores Marianos, Gendarmería Nacional, Aguas de Catamarca, EC Sapem, SAME, Policía Federal, Servicio Penitenciario Provincial, Guardianes de la Virgen, Infantería y Jefatura de la Policía de la provincia.

Luego de bordear la plaza 25 de Mayo, la Imagen llegó al Paseo de la Fe donde se realizó el acto de cierre de las festividades.

Como gesto de la preparación para las asambleas parroquiales y la Asamblea Diocesana, se presentó un libro y otros elementos con el camino sinodal iniciado por esta Iglesia particular en sintonía con la Iglesia universal.

En su alocución final, Mons. Urbanc se dirigió a la Madre del Valle rogando “por todos los obreros del mundo -que conmemoraban su día- y para que haya trabajo remunerado para todos a fin de que las familias tengan lo suficiente para vivir dignamente”. Pero sobre todo pidió “por todas las mujeres que fungen estas mismas labores, para que no se cansen frente a la rutina y faltas de valoración de lo que realizan; que no les falte el amor para recrearse cada día con la mirada puesta en Dios, fuente inagotable de Amor y Ternura”.

Asimismo, recordó que “hoy en toda Argentina, por ser tercer Domingo de Pascua, es el ‘Domingo del Compartir’”, apuntando la necesidad de “tomar conciencia que la misión de la Iglesia de Evangelizar es obra de todos y debe ser financiada por todos”.

También mencionó “el camino sinodal que estamos transitando, para lograr los aprendizajes necesarios que nos permitan tener ese estilo sinodal que Jesús quiere para su Iglesia, de manera que, ‘Contigo –dirigiéndose a la Virgen-, seamos discípulos-misioneros en salida’”.

En otro tramo le suplicó que escuche “el clamor de tus hijos, en especial, el de los ucranianos” y “que nos convenzamos que la violencia de cualquier tipo jamás puede traer algún bien a la humanidad”.

Puso en las manos de la Madre la próxima Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino, que se iniciará este lunes 2 de mayo; y pidió que bendiga a nuestros gobernantes “para que pongan todo su afán en velar por el Bien Común de todos los argentinos”, dijo.

Más adelante agradeció a tantas personas que “han dedicado horas y días a servir en múltiples tareas, más o menos visibles, pero todas importantes”.

Por último, expresó: “Madre de los Peregrinos, te suplico que acompañes hasta sus hogares a todos los que vinieron a verte, honrarte, agradecerte y suplicarte. Que regresen en paz y rebosantes de gozo”.

Concluida la alocución del obispo se entonaron las estrofas del Himno Nacional, se rezó por  la Patria y se arrió la Bandera. Y se impartió la bendición papal con indulgencia plenaria.

Luego de la bendición final con el Santísimo Sacramento, con cantos, vivas, pañuelos al aire y mucha emoción, la Madre Morena ingresó al Santuario en brazos de Mons. Urbanc, quien la colocó nuevamente en la urna del Camarín, donde permanecerá hasta las próximas fiestas de la Inmaculada Concepción.

Fotos: Gentileza David Moya

 

TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE

Querida Madre del Valle:

Desde lo profundo de nuestro corazón brota un clamoroso GRACIAS por haber favorecido las condiciones sanitarias para que numerosos peregrinos, hijos e hijas tuyos, hayan podido venir desde distintos puntos del país a honrarte, a agradecerte y a suplicarte. Han sido días muy hermosos los de este septenario. Creemos que estás contenta con nosotros, que procuramos cambios en nuestras vidas para ser mejores cristianos, más hermanos y ciudadanos comprometidos y empeñados en la transformación de nuestra realidad social.

Por eso, te pedimos en el día de tu esposo José, hombre de trabajo serio, silencioso y tenaz, por todos los obreros del mundo y para que haya trabajo remunerado para todos a fin de que las familias tengan lo suficiente para vivir dignamente. Pero sobre todo te pido a Ti, Esposa, Madre y Ama de casa por todas las mujeres que fungen estas mismas labores, para que no se cansen frente a la rutina y faltas de valoración de lo que realizan; que no les falte el amor para recrearse cada día con la mirada puesta en Dios, fuente inagotable de Amor y Ternura.

Hoy en toda Argentina, por ser tercer Domingo de Pascua, es el ‘Domingo del Compartir’. Ayúdanos a tomar conciencia que la misión de la Iglesia de Evangelizar es obra de todos y debe ser financiada por todos.

También te pido, Madre amada, que nos acompañes en el camino sinodal que estamos transitando, para lograr los aprendizajes necesarios que nos permitan tener ese estilo sinodal que Jesús quiere para su Iglesia, de manera que, ‘Contigo, seamos discípulos-misioneros en salida’. Y que todo esto nos movilice para participar en la, tantas veces postergada, Asamblea Diocesana, que hemos fechado para el sábado 1 de octubre.

Pongo, de nuevo, en el huequito de tus manos todas las intenciones que a lo largo de este septenario te hemos confiado. Atiende, por favor, el clamor de tus hijos, en especial, el de los ucranianos que ha sido invadidos y terriblemente destruidos. Por los millones de madres que han huido con sus hijos, ancianos y enfermos para refugiarse en países vecinos. Que ¡ya! termine ese infierno de muerte y destrucción y que los seres humanos comprendamos que con la guerra nada se gana, todos pierden, incluso los que están con el negocio de las armas. Que nos convenzamos que la violencia de cualquier tipo jamás puede traer algún bien a la humanidad.

Te confío la centésima vigésima Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino que mañana iniciaremos. Son muchos y delicados los temas que tenemos que tratar. Intercede ante tu Hijo Jesús para que sepamos discernir a la luz del Espíritu Santo lo que conviene hacer o decidir. Suscita en el corazón de los fieles cristianos que recen por nosotros, sus pastores para que lo que pensemos, digamos o hagamos empiece en Dios y conduzca a todos a Dios, origen y término de nuestro peregrinar terreno.

Bendice, Madre de los afligidos, a nuestros gobernantes para que pongan todo su afán en velar por el Bien Común de todos los argentinos, que cesen las rivalidades estériles, los agravios, las mentiras, las falsas promesas, los atornillamientos a cargos, las corruptelas, los sobornos, los robos, las mezquindades, etc., que no son privativos de un sector de la sociedad, sino un mal endémico de la sociedad argentina. Haz que llegue el día que podamos decir que éstos y otros males son una rara excepción, y que lo normal sea la observancia de los mandamientos de Dios, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo y Padre de la Humanidad. Que podamos decir y experimentar que vivimos en una Patria que sea antesala de la Celestial.

Madre de Bondad, a Ti recurrimos los desterrados hijos de Eva, para que nos enseñes a adorar sólo a Dios como Tú lo haces. Líbranos de los espejismos del camino de la vida. Otórganos la sensatez y la prudencia en el obrar de cada día. Socórrenos en la hora de las tentaciones y haz que reconozcamos los artilugios del maligno que no se cansa de hostigarnos. Consíguenos de Jesús y san José un vivo horror al pecado y motívanos, cada día a darnos el espacio necesario para la oración, para querer estar a largas con nuestro Buen Padre Celestial, a quien sea la Gloria, la Alabanza y el Honor por los siglos de los siglos.

Madre, Tú sabes que esta fiesta en tu honor, ha sido posible porque muchas personas han dedicado horas y días a servir en múltiples tareas, más o menos visibles, pero todas importantes. Por eso, te pido que los cubras con tu manto y los sigas haciendo crecer en el amor a Dios y al prójimo. Y que cuides de cada una de sus familias y trabajos.

Por último, Madre de los Peregrinos, te suplico que acompañes hasta sus hogares a todos los que vinieron a verte, honrarte, agradecerte y suplicarte. Que regresen en paz y rebosantes de gozo; y que encuentren a sus seres queridos sanos, unidos y renovados en su fe, esperanza, amor, piedad, confianza, generosidad, respeto, paciencia y disponibilidad. Amén

¡¡¡ Viva la Virgen del Valle!!!

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