Editorial

Economía loopeada: esa película que ya vimos

El efecto pandemia generó en Argentina episodios que se estrenaron hace mucho: pesada herencia, cepo cambiario, ahogo impositivo, éxodo silencioso, país inviable y muchos más condimentos de una trama conocida.
domingo, 20 de septiembre de 2020 · 21:58

Un día como hoy, pero de hace seis meses atrás, el gobierno nacional decidió decretar cuarentena en el país ante la irrupción de la pandemia de COVID-19. En aquel momento de incertidumbre absoluta Alberto Fernández anunciaba medidas tempranas que ayudarían a evitar que el virus se propagara y a la vez decía: "Una economía que cae, siempre se levanta, pero una vida que termina no la levantamos más". Lo cierto es que a 180 días de su anuncio, y de su posterior frase, la economía parece estar en el fondo de un cráter y la cuarentena cada vez arroja peores resultados. 

Acá no se trata de cuestionar prioridades, ya que la salud siempre va a estar por encima de la economía, pero el plan debería al menos evitar cometer errores que ya cometieron otros. Inevitablemente en ese sentido hay que reflotar lo sucedido con “la” noticia de la semana: el cepo al dólar. El martes pasado el Banco Central dispuso restricciones para todo aquel que quiera comprar divisa extranjera. Con la medida, aquellos ahorristas que adquieran el cupo de 200 dólares, de ahora en más, aparte del 30% que ya se cobraba del denominado “impuesto solidario”, deberán pagar un 35% más de "Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales".

A esta altura, el guión tragicómico que va tomando Argentina les debe sonar: una economía caída en el piso que parecen haberla agarrado a patadas. Sin embargo, y lejos de levantarla, los gobiernos siempre tienen una estrategia infalible (y acá se aplica también para la inseguridad, la pobreza, la corrupción,etc): los problemas siempre se heredan. La "clase" política, además de no estar para hacer esfuerzos y mucho menos ajustarse sus abultados salarios, tampoco está para asumir errores. Pero lo que hay que saber acá es que el “Súper Cepo” no es nuevo y convivió a través de distintos presidentes. Las restricciones arrancaron en el 2011 con Cristina Fernández de Kirchner, siguieron con su sucesor, Mauricio Macri, y ahora le está pasando a Alberto Fernández. 

Como dice la Canciller de Alemania, Ángela Merkel: “Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano. Por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir esos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”. Lo dice alguien que está muy lejos de nuestra región, con un país mucho más ordenado y civilizado que el nuestro, pero que sin embargo observa de manera crítica y ve el mismo final predecible que el país ya replicó veces anteriores. Lo gracioso es que el presidente quiere "una sociedad como la sueca, la finlandesa y la noruega", pero sus influencias son de Venezuela y México. 

Mientras festejamos el megacanje de la deuda, el único acierto en lo que va de la gestión actual, Argentina sigue siendo un bucle constante de economía deteriorada. Al estado crítico de las empresas que todavía no se fueron hay que agregarle el problema recurrente y hasta histórico que representa la inflación. En los últimos dos años el índice inflacionario rondó el 50% y en lo que va del 2020 ya es del 40% interanual. ¿Cuál es el final?, poder adquisitivo por debajo de la inflación para el sector formal. Ante esa realidad, la fuga de inversionistas que teme el gobierno va a camino a convertirse en un éxodo masivo y silencioso. 

A la par de las empresas que deciden abandonar el territorio, irse del país para cualquier hijo de vecina ya no aparece como una opción tan lejana. Según Carlos Enciso, embajador uruguayo en Argentina, durante los últimos días hubo una creciente demanda de solicitudes para cruzar al otro lado del charco. “Tenemos unos 100 trámites semanales para solicitar la residencia”, dijo el funcionario. La gente ya no quiere ver la misma película, se cansó, se frustró y se fastidió de ver un país lleno de trampas. Lo peor de todo: la economía rota es solo una de las tantas fallas que existen. 

Hoy, a 180 días de iniciada la cuarentena, Argentina confirmó 254 muertes y 8.431 nuevos contagios en las últimas 24 horas. Desde el 20 de marzo hasta la fecha el total de infectados en todo el país es de 631.365 y las víctimas fatales ascienden a 13.053. Mis preguntas entonces son: ¿Dónde está el éxito del modelo sanitario?, ¿Porqué la curva de infectados y muertes continúan creciendo?, ¿Cuándo efectivamente llegará el pico de contagios?, ¿Que tan insólito es hacer un protocolo que nos permita convivir con el virus?. Y las últimas, y no por eso menos importantes: ¿Cómo levantamos una economía en terapia intensiva?, ¿Si existe un grupo asesor científico, no puede haber un equipo económico que haga lo mismo?. FIN. 

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