Fue sacerdote durante casi 20 años, dejó los hábitos y ahora se casará
Se trata de Hugo Pisana, un cura que conoció a su pareja cuando ambos eran religiosos, pero el amor pudo más.
Hoy, domingo 2 de agosto, Hugo y Julieta iban a casarse y así jurarse amor eterno ante dios. Sin embargo, la pandemia hizo lo suyo y ahora deberán esperar. Pero al margen del contexto sanitario que vive el planeta, lo particular de esta historia es que hasta hace meses atrás esta boda no hubiera sido posible por la realidad de los dos. Ambos eran religiosos y tenían su vida completamente dedicada a Dios.
Hugo Pisana tiene 53 años, es rosarino y desde hace tiempo se instaló en Buenos Aires donde ejerció como sacerdote durante casi 20 años. El hombre, conoció a una mujer hace años atrás que le hizo replantear varios aspectos de su vida. Fue cuando entonces tomó las riendas de su vida y dejó los hábitos. Hoy fuera de la actividad religiosa, expresó: “Dios puso en mi camino a Julieta, el gran amor de mi vida”.
El oriundo de Rosario, y pese a que debió reprogramar su casamiento, se mostró entusiasmado con los planes a futuro: “Fui testigo de tantas uniones como sacerdote y dentro de muy poco me toca a mí”. Con Julieta, tenían fecha para el casamiento por civil para el pasado 30 de julio, e incluso habían reservado el salón para 80 invitados y las alianzas para contraer nupcias en una parroquia de Villa Devoto.
Los novios se conocieron hace años atrás cuando ambos coincidieron en la Capilla de San Miguel, provincia de Buenos Aires. Cuentan que en aquel momento el vínculo que entablaron fue solo por tareas en común afines a la iglesia y nunca imaginaron este desenlace. Ahora solo aguardarán a que pase la cuarentena y finalmente dar el si ante un Dios al que ven desde otra perspectiva.
