Benjamín Vicuña hizo una tremenda revelación sobre el velatorio de Blanca

'Blanca, la niña que quería volar' es el nuevo libro que saldrá a la luz este sábado 6 de mayo en la Feria del Libro, una obra que fue escrita por Benjamín Vicuña y que relata la historia de fondo que se dio con el fallecimiento de Blanquita, la hija que el chileno tuvo con Pampita y que partió de este mundo en 2012.

A través de los últimos días, y con la expectativa de conocer más detalles de este libro que contará desgarradores detalles íntimos de cómo la familia vivió la enorme pérdida de la niña, Vicuña y Pampita volvieron a posicionarse en el centro de la escena mediática.

Lo cierto es que, en medio de toda esta espera por conocer la obra, se fueron filtrando varios fragmentos que tendrá la publicación y las historias de fondo que tuvieron que atravesar tanto el actor como la modelo. En este orden, existe un testimonio por parte del chileno que definitivamente rompe a cualquiera que pueda leerlo.

"El día del funeral de Blanquita visité mi propia muerte, mi propio entierro. Fue el fin de una era, de una vida", comienza explicando Benjamín, en lo que sin dudas parece ser la parte más emotiva y dolorosa de todo el libro, un momento que resultó ser durísimo para él.

Estos fragmentos fueron leídos en vivo en Socios del Espectáculo, el programa que conducen Rodrigo Lussich y Adrián Pallares por eltrece. "Me tocó vestir a mi hija para su funeral. Y digo me tocó porque una amiga de Carolina me llamó y me dijo 'Benjamín, necesito que vengas a vestir a Blanca'", continúa el actor.

Y siguió en su relato: "Lo que me pedía era espantoso, una pesadilla, y por eso mi primera reacción fue negarme. Yo no voy a hacer eso. Me quería quedar con la imagen de mi hija corriendo en un tobogán, en la cama, saltando, cantando… pero la amiga de Carolina no me dejó margen".

"Lo hice y siempre se lo voy a agradecer porque me di cuenta que Blanca ya no estaba ahí. Ver el cupero, cumplir con determinados ritos, es algo necesario para poder despedirte. Porque, dejémonos de eufemismos. La muerte es fea, tan horrorosa, es tan duro su rictus que verla te ayuda a entender de una cachetada que esa persona amada ya no está ahí", reconoce Benjamín.

Y cerró: “Recién a dos años de la muerte pude terminar de reunirme con el doctor que atendió a Blanca y pedirle que me explicara qué había pasado. En su momento, por el shock, no había terminado de entender qué carajo sucedía. Luego uno empieza a hacer conjeturas, a pensar que hay un responsable, que alguien hizo algo mal. Pero no, es lo que tenía que pasar”.