QUÉ FUERTE
La estremecedora confesión de Marixa Balli sobre el velatorio de Rodrigo
La vedette habló sobre su relación con el cantante cordobés y de cómo la marcó en su vida.
Rodrigo Bueno fue una de las grandes figuras que marcó una época en la música popular, el cuarteto como también en el mundo del espectáculo. A casi 23 años de su deceso en aquel trágico accidente automovilístico, vuelve a estar su figura en escena, luego de declaraciones de Marixa Balli, con quien mantuvo una relación en el pasado.
La vedette y cantante tropical habló sobre su relación con el “Potro”, luego de un cruce con otra ex pareja del cordobés: “No entendí esta nota. Nunca tuve un conflicto con nadie, lo mío fue cuando éramos muy chicos los dos, año 90”, comenzó detallando.
Marixa Balli continuó: “Esta chica no sé, no me dan los años con que salió con cada una, no me da el lapsus de tiempo que salió con todas, no me cierra. Tuvo muchas relaciones Rodrigo, ¿sabés que me enoja? Haber salido con Rodrigo, porque me mezcla con muchísima gente”.
La vedette habló sobre la intimidad de su relación: “Yo hablaba nada más que con él, y cada vez que yo hablo, hablo con la realidad que él me contó. Era muy transparente con lo que le gustaba y con lo que le molestaba”.
“La verdad queda entre él y yo. Esto me gusta mucho más que cuando me preguntan cosas a mí. Lo dijo él, sé demasiadas cosas, fui su mejor amiga y su única amiga”, se sinceró la actriz.
Marixa Balli decidió hacer públicas sus declaraciones en LAM (América TV), donde precisó detalles sobre el funeral, como también sobre la familia del cuartetero: “En el velorio de Rodrigo me hicieron sentir importante”.
Patricia Pacheco, ex pareja de Rodrigo y mamá de Ramiro, hijo del cantante, también se pronunció sobre la relación que mantuvo su ex esposo con Marixa: “Para él fue un amor y ambos han tenido un fuego que no los apagaba nada”.
“Yo lo sentía, lo sabía y lo veía. Rodrigo la quería mucho. Yo la conocí en el Luna Park y ella siempre le iba a hacer entrevistas a él”, detalló Pacheco. La vida de Rodrigo Bueno fue una película de trágico final, con amores y excesos, pero con una pasión que mantiene vivo el recuerdo del Potro cordobés.