Virgina Da Cunha contó lo mucho que sufrió cuando estaba en Bandana

Virgina Da Cunha ganó gran popularidad cuando fue una de las cinco integrantes de Bandana, la banda furor de la década del 2001 que salió del programa Popstar.

Sin embargo, con la disolución de la banda en 2004 comenzó a bajar su presencia en los medios, aunque intentó mantenerse activa desplegando su carrera como actriz. Participó en obras de teatro como Aguante el circo y Naturaleza humana y apareció en televisión en más de una oportunidad.

Fue en aquella época que Virgina Da Cunha profundizó sobre los trastornos de alimentación que vivió durante su adolescencia y su paso por Popstar. Años después, y por medio de sus redes sociales, volvió a referirse al tema. 

Allí reforzó que las personas son mucho más que un número en una balanza y que nadie debe opinar del cuerpo del otro: "44 kilos. Eso pesaba a mis 20 años, parecía una nena de 14. Iba a la facultad, practicaba deportes y hacia danza jazz. No paraba, me exigía el 10 en todo y me enojaba si la ensalada tenía aceite de más”.

"Con ese cuerpo me presenté al casting y quedé elegida…de pronto millones de niñas y mujeres aspiraban a ser como yo. Mi energía no estaba en mi cuerpo, sino en el aire... en poder seguir en movimiento. Hasta que el mismo cuerpo me empezó a parar a través de enfermedades, pero era mi mente la que debía sanar; mi mirada la que necesitaba transformar”, escribió Virgina Da Cunha.

"Todas las mujeres pasamos por una etapa en la vida donde nos exigimos una “belleza” tan superficial e impuesta que linda la enfermedad. Una etapa donde nos obsesionamos con el peso y la forma para no dejar de ser deseadas. Porque nos hicieron creer que esa era nuestra fuerza pero es una gran trampa”, agregó en la publicación que acompañó con una foto de su primera época en Bandana, teniendo en cuenta que la banda se volvió a reunir en 2016.

"El nuevo desafío es el equilibrio.. el nuevo poder es el del trabajo interno, la nueva belleza es la del bienestar. Elijan con consciencia el alimento y disfruten el placer de cada bocado, muevan el cuerpo, pero especialmente no dejen de habitar la pausa, alimentar el alma y desafiar la mente. Libérense de los moldes impuestos”, cerró.