La historia del niño afroamericano que murió en la silla eléctrica por error

En junio de 1944, George Stinney Jr. se convirtió en la persona más joven en la historia estadounidense en ser ejecutada: tenía apenas 14 años.
domingo, 29 de mayo de 2022 · 11:18

George Stinney Jr. se convirtió en la persona más joven en la historia estadounidense en ser ejecutada en junio de 1944, y solo tenía apenas 14 años. Su condena se promulgó a raíz del hallazgo de dos cadáveres, Betty June Binnicker y Mary Emma Thames, de 7 y 11 años, en Carolina del Sur. En 2014, es decir, 70 años más tarde, la Justicia de ese país volvió a examinar su caso y estableció que la sentencia carecía de cualquier legitimidad jurídica.

Aunque en este segundo juicio no se declaró su inocencia o culpabilidad, las conclusiones fueron tajantes: la viga con que se cometió el asesinato de las pequeñas pesaba más de 20 kilos y George, con apenas 40 kilos, no hubiera tenido al fuerza suficiente para levantarla y usarla como arma.

¿Qué pasó en 1944?

Betty y Mary, dos niñas de 7 y 11 años, salieron a manejar sus bicicletas en busca de flores silvestres. Después de unos minutos se encontraron por casualidad con George Stinney, quien cuidaba el ganado de su familia, y le preguntaron dónde podían encontrar las plantas. Él contestó y ambas siguieron su camino.

Pero la desgracia llegó a la ciudad cuando a unos metros de la Iglesia Bautista de Clarendon, en Carolina del Sur, las pequeñas fueron encontradas sin vida. “Hay una fractura perforada del cráneo debajo de cada una de ellas”, decía el informe médico, según la CNN. Para ese entonces, el racismo y las leyes segregacionistas lideraban la dinámica social, así que después de haber sido sometido a un despiadado interrogatorio en el que “confesó” el crimen, George fue arrestado y presentado como culpable de homicidio doble en primer grado.

El juicio, que se llevó a cabo a menos de un mes después del arresto, solo duró dos horas y no contó con personas afroamericanas en el jurado ni siquiera el abogado defensor lo era, según registros de la agencia AFP. Incluso, la familia no pudo asistir porque tuvo que permanecer lejos a causa de las amenazas.

El jurado, por unanimidad, decidió condenar al niño a la silla eléctrica, pero fue el gobernador del estado, Olin Johnston, quien apoyó la decisión de la Cámara: “No creo que alguien que fue declarado culpable de un asesinato deba ser exonerado”, afirmó el medio Wis.

La familia exigió justicia

Desde el día de su muerte, la familia de George aseguró que, cuando ocurrió el asesinato, Stinney estaba con su hermana Amie Ruffner, quien declaró que ambos vieron a las niñas mientras cuidaban a la vaca de su familia cerca de las vías del ferrocarril. La insistencia de los parientes hizo que en 2014 se reabra el caso: la jueza de Carolina del Sur, Carmen Tevis Mullen, declaró la inconsistencia del proceso y la ilegitimidad de la condena.

Katherine Stinney, otra de las hermanas de George, celebró la decisión. “¿Cómo pueden pensar que un niño tan pequeño podría cometer un crimen como ese? Ojalá encontraran a los verdaderos asesinos”, comentó para el diario The Manning Times.

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